Japón lo ha vuelto a hacer. Un equipo de Sumitomo Electric Industries y el Instituto Nacional de Tecnologías de la Información y la Comunicación (NICT) ha logrado un avance histórico: transmitir 1.02 petabits por segundo a través de 1,808 kilómetros de fibra óptica estándar.
Sí, hablamos de un caudal de datos tan descomunal que equivale a descargar toda la biblioteca de Netflix en apenas segundos o enviar 10 millones de canales 8K en simultáneo.
Aunque ya existían récords de velocidad —como los 1.7 petabits por segundo, alcanzados en pruebas previas—, estos solo cubrían 63.7 kilómetros. La hazaña japonesa multiplica por 28 la distancia, sin aumentar el grosor del cable.
La clave está en una fibra óptica de 19 núcleos integrada en un cable con el mismo diámetro de 0,125 mm que los que usamos hoy en día. En lugar de transmitir una sola señal de luz, la fibra reparte el tráfico en 19 haces paralelos, aprovechando las bandas C y L del espectro óptico.
Para hacerlo posible, Sumitomo Electric optimizó la disposición de los núcleos y NICT desarrolló amplificadores capaces de potenciar todas las señales al mismo tiempo.
¿Qué significa realmente un petabit por segundo?
Pongamos los números en perspectiva:
- 1 petabit = 1.000 terabits = 1 millón de gigabits por segundo.
- En España, la velocidad media de banda ancha ronda los 250 Mbps.
- Esto quiere decir que el nuevo récord es 4 millones de veces más rápido que la conexión de un hogar promedio.
El logro establece un nuevo récord mundial en el parámetro capacidad-distancia, alcanzando 1.86 exabits por segundo-kilómetro.
El verdadero impacto no está solo en la velocidad, sino en la compatibilidad con la infraestructura actual. Al mantener el diámetro estándar, esta tecnología podría aplicarse en el futuro a cables submarinos intercontinentales, como los que conectan Europa y América, multiplicando su capacidad de transmisión sin necesidad de reemplazar kilómetros de cableado.
Aunque aún falta tiempo para que llegue a los hogares, este avance confirma que la fibra óptica actual tiene mucho margen de evolución. En el corto plazo, las aplicaciones más evidentes estarán en redes troncales y centros de datos, donde la demanda de capacidad crece de forma exponencial.
El camino hacia la comercialización
Por ahora, el equipo japonés trabaja en mejorar la eficiencia de los amplificadores y del procesamiento de señales para hacer viable la implementación a gran escala.
No obstante, este récord es una muestra clara de que el futuro del Internet ultrarrápido ya está en camino. Y lo mejor: la infraestructura que usamos hoy podría ser suficiente para alcanzarlo.