¿Podría tu ratón de escritorio estar escuchándote en este momento? Aunque suene a teoría conspirativa, un nuevo estudio de la Universidad de California demuestra que no es tan descabellado. Los investigadores desarrollaron un método llamado Mic-E-Mouse, capaz de convertir un ratón óptico común en un micrófono espía que puede reconstruir conversaciones con sorprendente precisión.
La técnica aprovecha los sensores ópticos de alta resolución que incorporan la mayoría de los ratones modernos —algunos con más de 20,000 DPI— para detectar las vibraciones más mínimas que genera el sonido en la superficie. Combinados con inteligencia artificial, estos sensores logran filtrar el ruido ambiente y reconstruir palabras con una precisión del 61%, utilizando nada más que un ratón de 35 dólares.
Así funciona el ataque Mic-E-Mouse
El experimento forma parte de una categoría conocida como ataques de canal lateral (side-channel attacks), en los que los atacantes no vulneran el software directamente, sino que obtienen información observando comportamientos físicos del hardware: consumo eléctrico, sonidos, señales electromagnéticas o, en este caso, vibraciones.
Lo más inquietante es que este tipo de ataques no dejan rastro. El ordenador sigue funcionando con normalidad, sin alertas, sin errores y sin huellas visibles en los registros del sistema. Los antivirus y cortafuegos tradicionales no pueden detectar algo que ocurre a nivel físico, fuera del ámbito del software.
En teoría, un atacante podría usar esta técnica para escuchar conversaciones privadas, capturar contraseñas o espiar videollamadas, sin que el usuario sospeche. Los investigadores señalan que los entornos corporativos y gubernamentales serían los más vulnerables, ya que manejan información sensible y suelen usar ratones de alta gama con sensores extremadamente precisos.
¿Debes preocuparte?
Por ahora, el riesgo para el usuario común es bajo, ya que el ataque requiere instalar software específico en el ordenador de la víctima. No obstante, si se lograra distribuir dicho software mediante phishing o descargas maliciosas, el potencial sería enorme.
Los investigadores ya notificaron a 26 fabricantes de ratones, que se encuentran desarrollando parches de seguridad para proteger los datos captados por los sensores. Mientras tanto, recomiendan tomar precauciones simples pero efectivas:
- Usa una alfombrilla o cubierta de escritorio que amortigüe las vibraciones.
- Trabaja en entornos con ruido ambiente, como música o ventiladores, para dificultar la captura de audio.
- Mantén el firmware y los controladores del ratón actualizados.
- Utiliza un antimalware con protección en tiempo real y monitoreo de tráfico saliente.
Aunque el estudio sea, de momento, una prueba de concepto abre un inquietante debate: en la era de la inteligencia artificial, cualquier dispositivo cotidiano puede convertirse en un espía potencial. Incluso el ratón con el que estás moviendo este texto.