Nvidia invierte 5,000 millones de dólares en Intel y sacude la industria de los chips

Nadie lo vio venir. Nvidia, el gigante indiscutible de la inteligencia artificial anunció una inversión de 5,000 millones de dólares en Intel, su histórico rival y una compañía que en los últimos años ha batallado para mantenerse relevante en el competitivo mercado de los semiconductores.

Con esta jugada, Nvidia se convierte en uno de los accionistas más importantes de Intel, adquiriendo aproximadamente un 4% de participación en la compañía. La noticia disparó inmediatamente las acciones de Intel, que subieron más de un 25%, mientras que los títulos de Nvidia también se beneficiaron con un alza cercana al 3%.

Un salvavidas para Intel en plena era de la IA

La apuesta de Nvidia llega en el momento más crítico para Intel. Durante décadas fue el corazón de la computación personal y un símbolo del poder de Silicon Valley, pero en los últimos años perdió su hegemonía frente a rivales como AMD y, especialmente, Nvidia, que se convirtió en la compañía líder de la revolución de la inteligencia artificial.

Mientras Nvidia rompió todos los récords y superó los 4 billones de dólares de capitalización bursátil, Intel se quedó estancada en los 100.000 millones, incapaz de aprovechar la ola de demanda de chips especializados en IA.

El acuerdo es presentado como una “fusión de plataformas de clase mundial”, en palabras de Jensen Huang, CEO de Nvidia. Según él, esta alianza permitirá “expandir ecosistemas y sentar las bases de la próxima era de la computación”.

Este movimiento no ocurre en un vacío. La administración Trump ya había intervenido en agosto con un anuncio impactante: el gobierno de Estados Unidos adquiriría un 10% de participación en Intel, en lo que la Casa Blanca describió como un acuerdo “histórico” para reforzar la independencia tecnológica del país frente a China.

El propio secretario de Comercio, Howard Lutnick, celebró la medida asegurando que fortalece el liderazgo estadounidense en semiconductores, un sector clave no solo para la economía, sino también para la seguridad nacional.

En este escenario, la inversión de Nvidia en Intel se interpreta como una doble jugada estratégica:

  1. Diversificar su producción y no depender exclusivamente de TSMC en Taiwán.
  2. Apoyar a la única compañía estadounidense capaz de fabricar chips a gran escala en suelo norteamericano.

Con las tensiones entre EE.UU. y China escalando, la alianza entre Nvidia e Intel también envía un mensaje claro: Washington quiere que sus campeones tecnológicos resistan la presión de Pekín y refuercen su posición en la guerra tecnológica global.

El futuro de la alianza Nvidia–Intel

Aunque el anuncio sacudió a Wall Street, todavía existen dudas. Analistas como Ray Wang, de Futurum Group, señalaron que la inversión no se dirige a la división de manufactura por contrato de Intel, un área clave que sigue rezagada frente a competidores como TSMC. Eso significa que, aunque la inyección de capital revitaliza la moral de la empresa, no necesariamente resolverá sus debilidades estructurales.

Lo que sí está claro es que esta alianza inesperada cambiará las reglas del juego en la industria de los chips. AMD y TSMC ya sienten la presión, pues podrían perder parte de su mercado frente a una dupla tan poderosa. Para Intel, este acuerdo es oxígeno puro; para Nvidia, es una jugada maestra que combina negocios, geopolítica y visión de futuro. El mundo de los semiconductores nunca volverá a ser el mismo.

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