Windows es el sistema operativo más usado en el mundo, y con ello también arrastra una gran cantidad de mitos sobre seguridad que, a pesar de los años, siguen vivos en la mente de millones de usuarios. En pleno 2025, muchos de estos conceptos están totalmente desactualizados y pueden ponerte en riesgo si los sigues creyendo. Hoy desmentimos los 6 mitos más comunes sobre la seguridad de Windows y te contamos la verdad detrás de cada uno.
1. Necesitas pagar por un antivirus para estar protegido
Durante mucho tiempo se pensó que, sin un antivirus de pago, un PC con Windows estaba completamente expuesto. Esto tenía algo de sentido en el pasado, cuando las versiones antiguas del sistema no incluían protección integrada o esta era muy limitada.
Sin embargo, en Windows 10 y Windows 11 contamos con Microsoft Defender, un antivirus que viene activado por defecto y que ofrece un nivel de protección más que suficiente para la mayoría de usuarios. Su evolución ha sido notable: hoy en día detecta malware, ransomware y ataques comunes con gran eficacia.
Los antivirus de terceros suelen ofrecer versiones gratuitas y cobrar por funciones adicionales como verificación de redes Wi-Fi o protección contra páginas de phishing, algo que ya cubren el navegador o una buena configuración de tu red. ¿Vale la pena gastar más de 100 dólares al año por ello? En la mayoría de los casos, no.
2. Windows Defender lo bloquea todo
Otro error frecuente es creer que, con Microsoft Defender, tu equipo es invulnerable. Aunque es una herramienta robusta, ningún antivirus es capaz de protegerte al 100%.
El mayor riesgo no está en los virus tradicionales, sino en las técnicas de ingeniería social, donde los ciberdelincuentes manipulan a las personas para que revelen contraseñas, desactiven protecciones o caigan en fraudes. Además, Windows Defender no puede evitar filtraciones masivas de datos ni proteger tus cuentas si usas contraseñas débiles o repetidas.
Por ello, la clave está en complementar el antivirus con buenas prácticas de seguridad digital: activar la autenticación en dos pasos, usar gestores de contraseñas y desconfiar de enlaces sospechosos.
3. Las actualizaciones no son importantes
A nadie le gusta que Windows decida reiniciar el equipo justo cuando estás trabajando. Sin embargo, los parches y actualizaciones son fundamentales para cerrar vulnerabilidades que los atacantes pueden aprovechar.
Ignorar las actualizaciones durante semanas o meses puede dejar tu PC abierto a exploits conocidos. Microsoft lanza correcciones periódicas que, aunque a veces molesten, son tu primera línea de defensa.
Un buen hábito es programar un reinicio semanal para instalar parches y mantener el sistema fresco y seguro.
4. Solo los archivos EXE son peligrosos
Los archivos ejecutables (.exe) siempre han tenido fama de peligrosos, pero no son los únicos que pueden esconder malware. Hoy en día, documentos PDF, hojas de Excel, archivos ZIP o incluso scripts pueden infectar tu equipo con solo abrirlos.
El riesgo aumenta porque Windows, de forma predeterminada, oculta las extensiones de archivo. Esto significa que un archivo llamado factura.pdf.exe puede parecer un simple PDF cuando en realidad es un ejecutable malicioso.
La regla de oro es clara: nunca abras archivos de origen desconocido, aunque parezcan inofensivos.
5. Usar Windows 10 durante años más será seguro
Windows 10 tiene fecha de caducidad: el 14 de octubre de 2025 dejará de recibir soporte oficial. Eso significa que, aunque el sistema siga funcionando, dejará de recibir parches de seguridad.
En los meses siguientes a esa fecha, las vulnerabilidades no corregidas lo convertirán en un blanco atractivo para los atacantes. Además, muchas aplicaciones dejarán de dar soporte a esta versión para centrarse en Windows 11 o sistemas más modernos.
La recomendación es clara: si tu PC es compatible, actualiza a Windows 11. Y si no lo es, considera alternativas como Linux antes que quedarte atascado en un sistema vulnerable.
6. “Yo no seré nunca un objetivo”
Quizá el mito más peligroso de todos: pensar que los cibercriminales solo atacan a grandes empresas o gobiernos. La realidad es que cualquier usuario común puede ser víctima.
Los atacantes pueden robar tu correo para resetear contraseñas, acceder a tus redes sociales para estafar a tus contactos, o incluso usar tu PC como parte de una red de bots. Además, si tus datos financieros quedan expuestos, pueden realizar compras fraudulentas sin que te des cuenta.
La seguridad digital no se trata de si eres un objetivo interesante o no: se trata de que los ataques son masivos y automáticos, y tarde o temprano podrías estar en la lista.
Palabras finales: la seguridad en Windows depende de ti
Algunos de estos mitos tuvieron sentido hace años, pero en 2025 son simplemente peligrosos. Conocer la realidad te permite protegerte mejor, mantener tus equipos actualizados y adoptar hábitos digitales más seguros.
La seguridad en Windows no depende solo de Microsoft, sino de cómo usas el sistema. Y hoy, más que nunca, estar informado es tu mejor defensa.