Cuando AC/DC «hackeó» el programa nuclear de Irán: la historia más insólita del ciberespionaje

En medio de sabotajes, virus informáticos y tensiones diplomáticas, el programa nuclear de Irán ha sido víctima de todo tipo de ataques. Pero ninguno tan peculiar como el ocurrido en 2012, cuando un virus informático invadió las instalaciones nucleares y provocó que los computadores tocaran, a todo volumen, canciones de AC/DC durante la madrugada. Sí, como si se tratara de un concierto clandestino en medio de una montaña.

Según una carta enviada por científicos nucleares iraníes a la empresa finlandesa F-Secure Security Labs, el virus logró colarse en los sistemas de automatización de Natanz y Fordo, dos de los centros más importantes del programa nuclear iraní. En el mensaje, el remitente relataba:

“Nuestra red ha sido comprometida por un nuevo gusano que ha desactivado los sistemas de automatización. Además, durante la noche, varias computadoras comenzaron a reproducir música al azar con el volumen al máximo. Creo que era ‘Thunderstruck’ de AC/DC.”

El científico, que aclaró no ser técnico en informática, no pudo describir el alcance completo del ataque, pero sí reconoció a la mítica banda de hard rock australiano, algo irónico en un país donde la música occidental está prohibida.

No era la primera vez: el antecedente de Stuxnet

Dos años antes, en 2010, el virus Stuxnet, desarrollado en conjunto por EE. UU. e Israel, logró paralizar miles de centrifugadoras de enriquecimiento de uranio sin necesidad de rockear a todo volumen. Stuxnet fue un golpe maestro del ciberespionaje que dañó seriamente la infraestructura digital iraní.

Pero en este nuevo caso de 2012, más allá del daño técnico, lo que se buscó fue desestabilizar psicológicamente al personal, probablemente usando un símbolo de la cultura occidental como arma de guerra no convencional.

A día de hoy, no se sabe quién fue el autor de este ataque musical. ¿Fue una señal sarcástica de hackers occidentales? ¿Un mensaje interno? Lo cierto es que blastear “Thunderstruck” a medianoche dentro de una base nuclear no fue solo una anécdota graciosa, sino una táctica de presión y humillación encubierta.

En plena era del ciberconflicto, donde las batallas se libran en redes y servidores, este episodio recuerda que el humor, la ironía y el caos también pueden formar parte del arsenal digital. Y si algo quedó claro, es que incluso en los búnkeres más vigilados, nadie está a salvo de una canción de AC/DC.

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