Gemini 2.5 Deep Think acaba de escribir un nuevo capítulo en la historia de la inteligencia artificial. En las Finales Mundiales del Concurso Internacional de Programación Universitaria (ICPC) 2025, esta IA no solo participó como un contendiente más: alcanzó nivel de medalla de oro y dejó claro que su capacidad para resolver problemas abstractos está muy por encima de lo que muchos imaginaron.
Lo impactante es que este logro se suma a la medalla de oro que Gemini ya había conseguido hace apenas dos meses en la Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO). En menos de 90 días, la IA de Google DeepMind conquistó las dos competencias más prestigiosas del planeta en matemáticas y programación, un hecho que marca un antes y un después en el camino hacia la inteligencia artificial general (AGI).
El concurso donde nada se perdona
El ICPC no es cualquier evento. Se trata del certamen de programación universitaria más antiguo y prestigioso del mundo, donde miles de estudiantes de más de 100 países compiten resolviendo problemas reales bajo presión extrema. Este año la sede fue Bakú, Azerbaiyán, y solo cuatro equipos alcanzaron el oro de entre 139 participantes.
Las reglas son despiadadas: solo cuentan las soluciones perfectas y cada minuto tiene un precio. Aun así, Gemini 2.5 compitió en igualdad de condiciones, con la única diferencia de que arrancó 10 minutos más tarde que los humanos. El resultado fue escalofriante: resolvió 10 de los 12 problemas en menos de cinco horas, lo que lo habría colocado en el segundo lugar mundial si hubiera sido considerado un equipo universitario.
El momento más electrizante llegó con el “Problema C”. Ni una sola de las universidades participantes logró resolverlo, pero Gemini sí. En menos de media hora, la IA dio con una solución eficiente para un complejo sistema de ductos y reservorios de líquidos, un rompecabezas con infinitas configuraciones posibles.
La clave estuvo en un enfoque brillante: Gemini asignó valores de prioridad a cada reservorio, aplicó un algoritmo de programación dinámica y usó búsquedas ternarias anidadas para encontrar la configuración óptima. El resultado fue un golpe directo al corazón de la competencia, demostrando que la IA no solo iguala, sino que supera la creatividad de los mejores programadores humanos.